Abuso de drogas y trastornos alimenticios
El abuso de drogas y los trastornos alimenticios son dos problemas que guardan más relación de la que aparentan. En ocasiones, la drogadicción es una consecuencia directa de la anorexia y bulimia. No obstante, también ocurre a la inversa.
Una sola de estas enfermedades es ya de por sí un problema serio. En combinación, pueden sumir a cualquiera en un espiral de autodestrucción.
¿En qué consiste cada enfermedad?
Antes que nada, es necesario entender en qué consiste cada enfermedad por separado.
La bulimia es un trastorno alimenticio. Al padecerlo, una persona busca evitar el aumento de peso a través del vómito y el consumo de laxantes. Esto comúnmente sucede tras un episodio de consumo excesivo de alimentos. Esta es una enfermedad más común entre niñas, adolescentes y mujeres jóvenes. Usualmente la persona tiene un entendimiento pleno de su problema, pero lo niega o lo justifica.
La anorexia consiste en una percepción distorcionada del peso. Una persona anoréxica sufre una compulsión por controlar su peso y su ingesta de alimentos. Esto sucede incluso cuando la persona está peligrosamente baja de peso. Es común que la persona lleve una cuenta milimétrica de sus calorías consumidas. También, usualmente se hace ejercicio desmedido para eliminar las calorías ingeridas lo antes posible.
Los factores sociales suelen ser detonantes de estos problemas problema. La persona se ve presionada a cumplir ciertos estándares físicos y recurre a la bulimia para mantener la forma. Sin embargo, también puede originarse por causas genéticas o derivarse de otras enfermedades mentales, como el TLP.
Por otro lado, la drogadicción es una enfermedad crónica. Se caracteriza por la búsqueda o el consumo compulsivo e incontrolable de sustancias psicotrópicas. La persona está usualmente consciente de los problemas que acarrea este consumo, pero no es capaz de parar.
La drogadicción tiene efectos cognitivos dañinos e irremediables a largo plazo. Un adicto sufrirá deterioro mental severo con el paso de los años.
¿En qué se relacionan la drogadicción y los trastornos alimenticios?
La cuestión es que un problema puede derivar en el otro. En la mayoría de los casos, los trastornos alimenticios son anteriores al consumo de drogas. Así, una persona bulímica o anoréxica será más propensa a acudir al consumo de sustancias para aliviar el estrés emocional. Incluso pueden recurrir a estas para aprovechar las deficiencias nutricionales que provocan para controlar el peso más rápidamente.
Y es que la drogadicción y los trastornos alimenticios tienen los mismos tipos de detonantes. Por lo mismo, una misma situación puede provocar uno o más en conjunto.
De igual manera, los problemas nutricionales que presenta un adicto lo pueden orillar a un trastorno alimenticio. Los adictos en etapas avanzadas muchas veces exhiben síntomas de desnutrición. Esto puede detonarse hacia ambos extremos, ya sea la anorexia extrema o la adicción a la comida. Innegablemente existe una asociación entre la alimentación y el consumo de sustancias. El alcohol inhibe la ingesta, mientras que el cannabis estimula el apetito.
¿Qué hacer cuando se presentan ambos problemas a la vez?
La drogadicción y los trastornos alimenticios son dos enfermedades que requieren de atención profesional.
Cuando se presentan en conjunto es necesario tratarlas ambas. Al mismo tiempo, debe buscarse el origen del problema. De esta manera, el problema se ataca de raíz y, al tratar una, también se soluciona la otra.
Lo ideal siempre será recibir atención en un centro o clínica de rehabilitación. Si tú o alguien que conozcas padece estos problemas, en Clínica Santuario podemos ayudarle.
Nuestro equipo terapéutico multidisciplinario cuenta con psicólogos, psiquiatras y terapeutas para tratar el aspecto mental y emocional de la enfermedad. Así mismo, nuestros nutricionistas le devolverán al individuo la salud física por medio de una dieta balanceada y personalizada.
¿Temes que tú o un ser querido sufren de alguno de estos padecimientos? Realiza nuestros test de adicciones y trastornos y sal de la duda. La drogradicción y los trastornos alimenticios tienen solución.
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