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Adicciones durante el embarazo en GuanajuatoAdicciones en el embarazo, un riesgo doble

El embarazo no significa solamente comer por dos. También es respirar por dos, dormir por dos, vivir por dos. Si una mujer embarazada fuma, bebe o se droga, también lo está haciendo por dos. Todo lo que consume la madre también lo recibe el feto. Todo lo que hace y deja de hacer impacta en su salud.

Esta clase de adicciones durante el embarazo ponen en riesgo tanto la vida del bebé como la de la madre.

Daños a la salud de la madre

Cuando se da el embarazo y comienza o continúa el consumo de sustancias psicoactivas adictivas, pueden aumentar las posibilidades de padecer una gran diversidad de problemas de salud que pueden poner en riesgo la vida de la madre.

El sistema inmunitario se altera durante un embarazo para que el cuerpo pueda aceptar al feto. Este delicado equilibrio puede interrumpirse debido al consumo de sustancias.  Al suceder esto, la madre se expone a padecer hepatitis, endocarditis o enfermedades venéreas e infecciones bacterianas.

Drogas psicoactivas de alta toxicidad y efecto analgésico, como la heroína y la cocaína, así como el alcohol y los solventes, pueden provocar depresión respiratoria, edema pulmonar, náuseas y vómitos constantes, pérdida del conocimiento, síndrome del abdomen agudo, obstrucción intestinal, hemorroides, fisuras anales, retención urinaria, hipoglucemia e hipotermia. En combinación, estos problemas pueden resultar fatales, especialmente para mujeres embarazadas.

De igual manera, se aumenta el riesgo de padecer anemia a raíz del debilitamiento del cuerpo por el embarazo. El daño orgánico que provocan las drogas solamente empeora la situación. Todo esto sin mencionar el síndrome de abstinencia que, si bien no es mortal para la madre, lo puede ser para el feto.

Daños a la salud del feto

Resulta obvio que una adicción durante el embarazo tendrá efectos nocivos, incluso mortales, sobre el feto.

Los peligros más comunes durante la gestación tienen que ver con las altas probabilidades de sufrir un aborto espontáneo antes de las 20 semanas o nacimiento prematuro antes de las 37 semanas. De igual manera, puede presentarse desprendimiento de placenta, lo que puede ser mortal tanto para el feto como para la madre. Esta suministra alimento y oxígeno al bebé y, al desprenderse, provoca un sangrado muy intenso.

Por otro lado, pueden presentarse numerosos problemas durante y después del parto. Entre estos, se puede dar bajo peso al nacer, aspiración de meconio, hipoxia o predisposición a enfermedades respiratorias. Así mismo, puede presentarse hemorragia intracraneal, retraso cerebral, sepsis y una elevada posibilidad de síndrome de muerte súbita del lactante.

Síndrome de abstinencia neonatal

El síndrome de abstención durante el embarazo no es fatal para la madre, pero sí puede tener consecuencias serias para el feto.

Cuando un recién nacido estuvo expuesto a drogas o sustancias adictivas por un periodo de tiempo mientras estuvo en el útero de la madre puede desarrollar un cuadro de síndrome de abstinencia neonatal (SAN).

Cuando la madre continúa usando drogas cerca del parto, en las últimas semanas del embarazo, el bebé desarrollará dependencia a la droga al nacer. Esto debido a que todas esas sustancias pasan del organismo de la madre al del feto por medio de la placenta.

Ya que al nacer el bebé ya no está recibiendo la droga, presenta síntomas de síndrome de abstinencia común. Es común que padezca temblores, problemas para dormir, convulsiones, vómitos, diarrea, sudoración y fiebre, así como llanto constante e intenso, hiperactividad y dificultad para comer.

Consecuencias sociales y familiares

Suponiendo que el bebé logró sobrevivir en condiciones adecuadas al embarazo y el parto, crecer en un entorno de drogadicción afectará profundamente el desarrollo cognitivo, social, familiar y educativo del infante. Los problemas de comportamiento, las dificultades de aprendizaje y los problemas fisiológicos se convierten en algo común. Muy probablemente, crecerá para replicar las conductas peligrosas y nocivas de sus padres.

Lo más común es que si la madre es adicta, será separada de su bebé por las instituciones de protección infantil. El infante es obligado a vivir separado de su familia, a crecer con el estigma de su origen, lo que puede verse reflejado en su desarrollo.

En Clínica Santuario estamos conscientes de que las adicciones en el embarazo ponen en riesgo la vida de la madre y de su bebé. Estamos dispuestos a ayudarte a través de nuestro equipo profesional multidisciplinario, compuesto de personas preparadas y entregadas a la labor de apoyarte a ti y a tu bebé.

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